29.2.16

De deseo somos

      La vida, sin nombre, sin memoria, estaba sola. Tenía manos, pero no tenía a quién tocar. Tenía boca, pero no tenía con quién hablar. La vida era una, y siendo una era ninguna.
     Entonces el deseo disparó su arco. Y la flecha del deseo partió la vida al medio, y la vida fue dos.
     Los dos se encontraron y se rieron. Les daba risa verse, y tocarse también.

[Eduardo Galeano]

II

¡Qué miedo tu miedo! ¡Qué confusión tu indesición!

umbral


Hoy amanecí con el piar de un pájaro invadiendo mi habitación. Creí estar soñando, hasta que lo descubrí atrapado entre las hojas de la doble ventana. Era pequeñito y azul. Me acerqué a ayudarlo pero lo asustó mi bondad. Batió sus apretadas alas sin comprender que no quería lastimarlo, que se necesitaba calmar. Después de varios movimientos, logré correr la ventana y pudo volar. Al rato volvió, supongo que en agradecimiento, y le cantó un rato a la libertad. Es cierto esto que cuento, sucedió hoy, en mi umbral, en mi ventana.

27.2.16

I

Te estaba escuchando contarme tus miedos, hablabas de lo que sentías y de lo que no queres. Era tan real... hasta que apoyaste la almohada en el aire, y en vez de caer, ésta siguió sosteniendo tu cabeza...
Ahí me di cuenta, y desperté.

22.2.16

me pongo así, a veces pasa

El cosmos y las estrellas son sólo alusiones. Imagínate, salir de aca. A veces me cansan las palabras que se dicen; los platillos que resuenan en esta sociedad nunca me terminaron de convencer, quizás sólo busco calma para escuchar. Detrás de toda risa, de todo llanto, hay desvíos de cordura. Dejarse ser, poderse liberar. Y qué si estamos atados de pies y manos? Condicionados por todo lo que nos rodea? Anudados en esta fucking realidad? Me pongo así, a veces pasa, me invaden recuerdos que no puedo cambiar.

21.2.16

levitar

A veces me gustaría poder salir de este mundo, sobrepasar la galaxia y bailar entre las estrellas al ritmo del silencio. Cerrar los ojos, elevarme y flotar, sentir la ingravidez del espacio levitando mis músculos y mi cabeza, dejar ir al recuerdo y al olvido, que la cordura se vuelva estela y que todo lo que soy se desvanezca entre los planetas, que pase a brillar junto a las constelaciones convirtiéndose en ese polvo del que venimos. Reencontrarme así con las almas que ya no están, alimentarme de su experiencia y de su consuelo, y una vez nutrida, recién ahí, dejarme regresar.  

19.2.16

textos olvidados _ palabras

Triturar. Herir. Esperar. Sanar. Vivir.
Arriesgar. Enloquecer. Disfrutar. Sentir. Soñar.
Entusiasmar. Sonreír. Querer. Observar. Aprender.
Morder. Besar. Agitar. Acalorar. Conocer.
Confiar. Escuchar. Ser. Mostrar. Sufrir.
Triturar. Herir. Esperar. Sanar. Vivir.

Palabras generadoras de historias; un hilo, infinitas interpretaciones.

textos olvidados _ escribo

A veces escribo, pero sólo a veces, cuando se me escapan las palabras... porque tienen vida propia... a veces están en mi cabeza pero no quieren salir al papel, y otras aparecen en el papel sin ningún sentido: frases sueltas, palabras extrañas, ningún nexo. Es que es así, cuando quieren escapar no les importa nada, ni coherencia, ni amistades, ni como ven; sólo corren de las manos formando un tren, una tras otra impulsadas. Nadie puede detenerlas, sólo avanzan, atropelladas... y esas veces estoy de buenas.

textos olvidados _ orgasmo

Cuando la energía lo dispone y las almas se entienden, el orgasmo llega más allá del universo, pega más fuerte que cualquier droga. Pero eso sólo se logra con confianza. Y la confianza sólo surge del darse a conocer. Y hete aquí tu miedo: mostrarte.

textos olvidados _ autoboicot

Esto no es sobre ti ni sobre mí, sino sobre nosotros. Un nosotros que nunca existió, más que en sueños de cama. Quizás me di cuenta de que ya era tarde, o quizás fue demasiado temprano, no lo se... Todo siempre es tan relativo. El tema es que tus palabras no alcanzaron para entender, siempre tan inconcluso en tu discurso. Tropecé, es cierto, y en vez de verme caer, me ayudaste a levantar. Esas actitudes que te hacen tan incomprensible, tan extraño en tu rareza, tan dual para enfrentar cualquier situación. Quizás un día decidas abrir la coraza que te llena de inseguridades. Quizás un día puedas confiar y caminar en la cuerda floja con los ojos cerrados... porque no todo en la vida son clavas y malabares, y a veces parece que no lo supieras. No se puede ir malabareando con la gente, porque eso sólo aleja y lastima, a los demás y a uno mismo, y nadie quiere morir sólo. Nadie. Quizás sea tu gracia la histeria que te caracteriza, el no creerte atado a nadie, el personaje infiel que te tragaste pero del cual no sos ni una milésima. Sólo te escondes, o crees hacerlo, porque basta con observarte para reconocer quién sos. Todos estamos quebrados por dentro y tenemos cicatrices y heridas que no queremos dejar ver, pero para estar en paz necesitamos enfrentarlas e ir hacía lo que nos hace bien. La vida es nuestra, y debemos procurar el equilibrio para pisar firme, dejar a un lado los miedos. Esos miedos que te hacen perder lo rico de las cosas, la excitación de lo posible, la atracción de la energía. Si no es uno mismo quien sazona su vida, ésta queda insípida y desabrida. Y yo no quiero perder el tiempo condimentando lo que ya perdió el sabor. Yo voy por la vida entregando el corazón, en mayor o menor medida, todo depende de si lo cuidan, y este no fue el caso. Mi error es ese: rodearme de preocupaciones, hacerme cargo de problemas que no me corresponden, pretender ayudar a quien no quiere ayudarse. Soy buena, tonta e ilusa. Y así no es, pierdo el tiempo y sangran las mismas heridas. Puro autoboicot.

18.2.16

que no te consuma el personaje

Existen personas que las consume el personaje. Todos tenemos un personaje, un diablito minúsculo parado en el hombro izquierdo diciéndonos todo eso que no queremos saber, que no queremos recordar. El problema es controlarlo, y hay quienes no consiguen lidiar con eso, y se los va comiendo de a poquito, no hay vuelta.

La cuestión con este pigmeo es que es un tanto violento, no porque quiera, sino porque fue así como lo criaron desde pequeño. Se alimenta de inseguridades, de sueños rotos, de golpes en la sien; de burlas, de insultos, de energía negativa. Su alma está consumida. Y así va, comiendo oreja siempre, creando sutilmente al personaje destemplado y con miedo a querer, fomentandole el encierro en si mismo para no recibir más golpes. Enfatizando su ego, ensanchando con más piedras su muro.

Cuando se dan cuenta la batalla está perdida, el personaje los comió, quitandoles el alma y el corazón. Y así anda ésta gente, vagando por el mundo, consumida por la vida, no queriendo luchar con su propio ser.


16.2.16

enredos

Tejedora del destino, hila siempre lo que sueña. Hábil asesina que asusta a quien se le acerca. Ocupa las esquinas olvidadas, donde solo pocos llegan y nadie regresa. No tolera amor, ni desengaños. Su condición es estar sola, en busca de una nueva presa. Ama a costo del corazón, así lo teje ella.

12.2.16

consumismo afectivo

Anoche tocaron mi puerta en busca de amor. El consumismo afectivo gestado por miedos de esta sociedad lleva a eso: a que cuando abrís la puerta, te consumen, y cuando la cerras, te quieren ver. Así de contradictorios somos. Aprendimos sólo a consumir, y lo hacemos hasta con las personas. ¿A dónde se están yendo nuestros valores?

Lo que me llama la atención es esa manía de histeriquear permanentemente. Las fantasías que hemos generado sobre las relaciones: que son todo o nada, ¿cómo es que no existe un intermedio? Las personas necesitan conocerse... pero si te conocen demasiado, adiós, chau, me voy, y seguramente sin avisar. Así cuando se disipe en mi cabeza el porque me fui, vuelvo a venir, como si nada.

Así sucede. Y todos somos cómplices de esta realidad. Yo quiero cambiarla. Empecé por mí, claro está. Ahora no le abro la puerta a quien no se quiera quedar, a quien no se anime a arriesgar. Y ahí voy, tranquila conmigo misma.

11.2.16

Capítulo 7. Rayuela.

Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja. Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mi como una luna en el agua.

[Julio Cortázar]

tango

- Escucho y se me cae un lagrimón... A propósito, te gusta el tango?
- Y eso que tiene que ver? Esto no es tango.
- Ya lo se, sólo recordé las tardes en que aún era muy niña y soñaba con ser cantante de tango y practicaba frente al espejo del pasillo. Mi madre nunca lo entendió, no hay futuro en el cantar. Pero no importa, hoy canto igual, no tango, si no lo que quiero y cuando quiero, lo hago sin disimular. Artista frustrada podrás decir... si, seguramente, pero lo hago porque me hace sentir bien y no me importa el que dirán. Si canto bien? Yo que se... mejor ni saber.

4.2.16

ampararse

El equilibrio se halla expresándose. No hay paz más apacible que la que siente el alma al dejarse ser. Transparente, sincera. Porque al final, la vida son las palabras que dijimos, los recuerdos que guardamos, las lecciones que aprendimos, las situaciones de mierda que afrontamos. Es necesario agrietarse la piel, sangrar las heridas, inundar de llanto al corazón. Es necesario curarse y aprenderse a querer. No es fácil, mirar al espejo y reconocerse uno mismo. Desvestir al cuerpo de calvarios, de fobias, de miedos, de inseguridades y de todos los incidentes que no nos dejan ver. Es necesario sobrevivir... a nosotros mismos, a las fantasías que asechan el pensar, a las personas destructivas, al cólera del resentimiento. Debemos aceptar que cada uno es lo que su entorno hizo que sea, y que algunos aprendieron a extraer la energía de los demás, sin querer cambiar, sin buscar su propio bienestar. ¿Qué sentido tiene vivir con rencor -lastimando, lastimándose uno mismo-, amarrándose al dolor conocido por miedo a sentir algo real y distinto? ¿Qué sentido tiene huir de quien nos quiere querer? Sólo es ciego quien no quiere ver. El mundo está lleno de almas coloridas cargadas de pinceles para esbozar nuestro papel. Lo difícil es juntar las fuerzas y atreverse a pintar, quitarse el miedo a mancharse de colores la piel. Ni duele, ni embuste, sólo genera risas y placer.

2.2.16

fragmento de Papillon

[...] Al escribir todos estos pensamientos que tuve hace ya muchos años y que acuden agolpados, asaltándome con tremenda claridad, me pregunto hasta qué punto el silencio absoluto, el aislamiento completo, total, infligido a un hombre joven, encerrado en una celda, puede provocar, antes de convertirse en locura, una verdadera vida imaginativa. Tan intensa, tan vida, que el hombre, literalmente, se desdobla. Echa a volar y, en verdad, vagabundea donde le viene en gana. Su casa, su padre, su madre, su familia, su infancia, las diferentes etapas de su vida. Además, y sobre todo, los castillos en el aire que su fecundo cerebro inventa, que él inventa con una imaginación tan increíblemente viva que, en ese formidable desdoblamiento, llega a creer que está viviendo todo lo que está soñando. [...]

[Henri Charrière]