26.12.14

Consumismo afectivo gestado por miedos.
Así estamos, mundo.

18.12.14

Alicia en el país de las maravillas

- Pero es que a mí no me gusta tratar a gente loca -protestó Alicia.
- Oh, eso no lo puedes evitar -repuso el Gato-. Aquí todos estamos locos. Yo estoy loco. Tú estás loca.
- ¿Cómo sabes que yo estoy loca? -preguntó Alicia.
- Tienes que estarlo -afirmó el Gato-, o no habrías venido aquí.
Alicia pensó que esto no demostraba nada. Sin embargo, continuó con sus preguntas:
- ¿Y cómo sabes que tú estás loco?
- Para empezar -repuso el Gato-, los perros no están locos. ¿De acuerdo?
- Supongo que sí -concedió Alicia.
- Muy bien. Pues en tal caso -siguió su razonamiento el Gato-, ya sabes que los perros gruñen cuando están enfadados, y mueven la cola cuando están contentos. Pues bien, yo gruño cuando estoy contento, y muevo la cola cuando estoy enfadado. Por lo tanto, estoy loco.
- A eso yo le llamo ronronear, no gruñir -dijo Alicia.
- Llámalo como quieras -dijo el Gato-.

3.12.14

Uno es de donde llora, pero siempre querrá ir a donde ríe.

2.12.14

1542 | Conlapayara | Las amazonas by Eduardo Galeano

No tenía mala cara la batalla, hoy, día de San Juan. Desde los bergantines, los hombres de Francisco de Orellana estaban vaciando de enemigos, a ráfagas de arcabuz y de ballesta, las blancas canoas venidas de la costa.

Pero peló los dientes la bruja. Aparecieron las mujeres guerreras, tan bellas y feroces que eran un escándalo, y entonces las canoas cubrieron el río y los navíos salieron disparados, río arriba, como puercoespines asustados, erizados de flechas de proa a popa y hasta en el palo mayor.

Las capitanas pelearon riendo. Se pusieron al frente de los hombres, hembras de mucho garbo y trapío, y ya no hubo miedo en la aldea de Conlapayara. Pelearon riendo y danzando y cantando, las tetas vibrantes al aire, hasta que los españoles se perdieron más allá de la boca del río Tapajós, exhaustos de tanto esfuerzo y asombro.

Habían oído hablar de estas mujeres, y ahora creen. Ellas viven al sur, en señoríos sin hombres, donde ahogan a los hijos que nacen varones. Cuando el cuerpo pide, dan guerra a las tribus de la costa y les arrancan prisioneros. Los devuelven a la mañana siguiente. Al cabo de una noche de amor, el que ha llegado muchacho regresa viejo.

Orellana y sus soldados continuarán recorriendo el río más caudaloso del mundo y saldrán a la mar sin piloto, ni brújula, ni carta de navegación. Viajan en los dos bergantines que ellos han construido o inventado a golpes de hacha, en plena selva, haciendo clavos y bisagras con las herraduras de los caballos muertos y soplando el carbón con borceguíes convertidos en fuelles. Se dejan ir al garete por el río de las Amazonas, costeando selva, sin energías para el remo, y van musitando oraciones: ruegan a Dios que sean machos, por muchos que sean, los próximos enemigos.

1.9.14

Palabras al oído

Susúrrame palabras al oído, me estremecerá y querré saber más de ti.
Bésame la espalda, rózame con tu calor.
Activa mi estrógeno, mi oxitocina, mi dopamina.
Lléname de esa energía que me haces sentir. Quiero sentirla; sentirte, sentirme.
Erízame la piel, transmíteme magia, no me dejes ir.
Agárrame por la cintura y abrázame fuerte.
Ahora, sólo obsérvame sonreír.


Susúrrame palabras al oído, me estremecerá y querré saber más de ti...

26.8.14

Instrucciones para subir una escalera [by Cortázar]

Nadie habrá dejado de observar que con frecuencia el suelo se pliega de manera tal que una parte sube en ángulo recto con el plano del suelo, y luego la parte siguiente se coloca paralela a este plano, para dar paso a una nueva perpendicular, conducta que se repite en espiral o en línea quebrada hasta alturas sumamente variables. Agachándose y poniendo la mano izquierda en una de las partes verticales, y la derecha en la horizontal correspondiente, se está en posesión momentánea de un peldaño o escalón. Cada uno de estos peldaños, formados como se ve por dos elementos, se situó un tanto más arriba y adelante que el anterior, principio que da sentido a la escalera, ya que cualquiera otra combinación producirá formas quizá más bellas o pintorescas, pero incapaces de trasladar de una planta baja a un primer piso.

Las escaleras se suben de frente, pues hacia atrás o de costado resultan particularmente incómodas. La actitud natural consiste en mantenerse de pie, los brazos colgando sin esfuerzo, la cabeza erguida aunque no tanto que los ojos dejen de ver los peldaños inmediatamente superiores al que se pisa, y respirando lenta y regularmente. Para subir una escalera se comienza por levantar esa parte del cuerpo situada a la derecha abajo, envuelta casi siempre en cuero o gamuza, y que salvo excepciones cabe exactamente en el escalón. Puesta en el primer peldaño dicha parte, que para abreviar llamaremos pie, se recoge la parte equivalente de la izquierda (también llamada pie, pero que no ha de confundirse con el pie antes citado), y llevándola a la altura del pie, se le hace seguir hasta colocarla en el segundo peldaño, con lo cual en éste descansará el pie, y en el primero descansará el pie. (Los primeros peldaños son siempre los más difíciles, hasta adquirir la coordinación necesaria. La coincidencia de nombre entre el pie y el pie hace difícil la explicación. Cuídese especialmente de no levantar al mismo tiempo el pie y el pie).

Llegando en esta forma al segundo peldaño, basta repetir alternadamente los movimientos hasta encontrarse con el final de la escalera. Se sale de ella fácilmente, con un ligero golpe de talón que la fija en su sitio, del que no se moverá hasta el momento del descenso.
Caleidoscopio de imperceptibles mutaciones.

27.7.14

hambre mundana

Querías comerte el mundo...
Como si el mundo fuese una pizca de sal que se le agrega a la comida de hoy.

Querías flotar en el eter cual medusa, mirar todo desde allí y juzgar a otros. Como si eso fuese satisfactorio. No escuchar, no observar, no creer, no parar. Como si todo girara al punto que sólo se ven las lineas de colores que marean al pasar, donde nada es nada y nada es todo, sólo sabes que estará allí al parar.

Caminabas por la vida, centrado en vos y en tus ideas. Sin percibir todo aquello que sobresalía de tu círculo vicioso. Lamento tus límites, tontos límites creados por una vida llena de impulsos represivos que sólo acabaron contigo.

Querías parar de volar la mente, porque el mundo es acá abajo y pocos creen en todo lo que existe además; Centrados en teorías poco convincentes, todos creen en la realidad. ¿Cuál realidad? ¿Tu realidad? ¿Mi realidad?

Querías escuchar, pero no escuchabas. Querías observar, pero no observabas. Querías creer, pero no creías. Quisiste parar, y no paraste. Tan sólo eran alegorías dibujadas en el aire que nunca llegaron a concretar. Nadie las vio, porque nunca existieron.

Querías comerte el mundo...
Como si comerse el mundo fuese así de fácil.

26.2.14

Esos días

Hay días en que la energía está tan abrumadora que atrae a todo lo que se le cruce. Instantes imantados. Fracciones del tiempo. Atracción de opuestos.