27.7.14

hambre mundana

Querías comerte el mundo...
Como si el mundo fuese una pizca de sal que se le agrega a la comida de hoy.

Querías flotar en el eter cual medusa, mirar todo desde allí y juzgar a otros. Como si eso fuese satisfactorio. No escuchar, no observar, no creer, no parar. Como si todo girara al punto que sólo se ven las lineas de colores que marean al pasar, donde nada es nada y nada es todo, sólo sabes que estará allí al parar.

Caminabas por la vida, centrado en vos y en tus ideas. Sin percibir todo aquello que sobresalía de tu círculo vicioso. Lamento tus límites, tontos límites creados por una vida llena de impulsos represivos que sólo acabaron contigo.

Querías parar de volar la mente, porque el mundo es acá abajo y pocos creen en todo lo que existe además; Centrados en teorías poco convincentes, todos creen en la realidad. ¿Cuál realidad? ¿Tu realidad? ¿Mi realidad?

Querías escuchar, pero no escuchabas. Querías observar, pero no observabas. Querías creer, pero no creías. Quisiste parar, y no paraste. Tan sólo eran alegorías dibujadas en el aire que nunca llegaron a concretar. Nadie las vio, porque nunca existieron.

Querías comerte el mundo...
Como si comerse el mundo fuese así de fácil.