18.1.10

Home sweet home.

Después de estar horas planificando un viaje mientras estudiaba, veía a la gente antes de irme y terminaba esos últimos detalles como el bolso y la cédula en buen estado, me fui.
Me fui con Sabina en mis oídos y mi novio durmiendo a mi lado. Dos días de viaje, pero llegamos vivos. Ahí pase las fiestas, me enfieste, empecé el año nuevo, tome, fume, me reí, viaje. Conocí gente, gente de todas partes con sus diferentes formas de ver tu realidad, que es otra. Crecí, crecí por la gente, crecí por el lugar. Estuve aquí, estuve allá. Vi paisajes hermosos, inimaginables. Escuche el canto del pacifico, y percate su fría vos. Como tantas otras cosas que descubrí y archive en casi mil fotos, 20 días y miles de recuerdos.

Pero extrañe a mi pequeño país, a mi gente, a mi cama y a mi ducha. Me di cuenta que por más que en algún momento exista la posibilidad de irme a vivir a otro país, siempre voy a querer volver (y lo voy a hacer, es promesa) a este pequeño, pero acogedor, punto del mapa.

1 comentario:

María Mácula de Rojo dijo...

contame a que país fuiste! siempre nos hacen crecer los viajes, por eso son necesarios.y extrañar también lo es.saludos!