9.12.08

El maldito primer amor, mi ex eterno.


La historia de mi "ex" es larga y complicada. Él es un tipo normal; aunque demasiado mujeriego y demasiado chamuyero. A veces exagero en lo que cuento, pero no demasiado.
Nuestro primer encuentro fue en una fiesta, noche en la cual no ocurrió nada relevante. Más de un año después me lo volví a encontrar. Esta vez, en la puerta de mi casa. Casualidades. Ese día quede emocionada porque nos quedamos hablando harto rato. Al día siguiente me toco timbre y me trajo un chocolate amargo extra grande y rico. Sí, un tierno, o por lo menos eso aparentaba. Cada tarde pasaba por casa con regalitos tontos que conservo hasta hoy en día (salvo por los que eran comestibles).
De a poco me fui enganchando, cayendo en sus chamuyos baratos, en sus risas contagiosas y en su forma de mirar. De a poco... Pero no bastó mucho tiempo para que no pudiera sacármelo de la cabeza, para que estuviera pendiente todo el día de él y de que hacía y que decía. Maldito sea el día que me fije en él.

Eramos pseudo-novios. Salíamos los viernes juntos, los sábados cada uno con sus amigos y durante la semana compartíamos algunos momentos. Hasta que llegó el día en que no me llamó. Y al otro día, tampoco llamó. Literalmente, desapareció.
No había pasado más de una semana cuando me lo encontré en un boliche con una atorranta. En ese momento, me desvanecí. Mis amigas vieron lo que pasaba y me dijeron "vamos a bailar". Seguí bailando como si nada hubiera pasado pero no podía sacarme la imagen de la cabeza. Cuando volví a casa llore toda la noche, y esa fue la primer noche de tantas en las que iba a desperdiciar lágrimas en él. Como odio las cosas que te hacen acordar a alguien que no querés recordar.

Obviamente que esa noche di por terminada nuestra relación, pero su persona seguía rebotando entre mis pocas neuronas, mi concentración se basaba en los momentos que habíamos pasado juntos y mis charlas eran sobre lo mal que se había portado conmigo.
Estuvimos sin hablarnos todo el verano, o algo más. Los únicos intercambios que tuvimos fueron discusiones que prefiero no recordar.
Algún día arreglamos las cosas, no se bien que pasó ahí. Sólo tengo recuerdos de encontrármelo en bailes y terminar con él, esa noche, físicamente y por una semana después del hecho, con su imagen en mi cabeza.

Tiempo después salimos tres o cuatro fin de semanas seguidos. Si, desconcertante. Más viniendo de una persona como él. Pero yo me creaba ilusiones en la cabeza, que surgían en parte, por sus palabras y en parte, por mi capacidad de soñar despierta. Pero en el fondo, él era el mismo chamuyero y yo la misma percanta. De igual modo, siempre creí en él, siempre confié en sus palabras.

Quería sacármelo de la cabeza, pero su persona en mí era mas fuerte que yo; era incontrolable, era una obsesión. Cada vez que creía habérmelo sacado del todo, él volvía a aparecer y yo, con las mismas historias de siempre, volvía a caer a él.
Así que decidí eliminarlo del msn. Estuvimos seis meses sin vernos y sin hablarnos. Hasta que un día de abril, lo volví a agregar. Quería saber algo de él. Al segundo que lo agregue, me habló y me dijo para salir esa misma noche. Yo acepte (era de suponerse). Salimos, y como todas las veces que salimos, estuve con él.

Volvió a repetirse la historia, me volví a enganchar con él y a pensar en él todos los minutos del día. Ahora sí creía que había cambiado, o se comportaba mejor que antes o había madurado... no se, pero esta vez él estaba distinto.
Desde Abril hasta Septiembre estuvimos en vueltas. No lo considero algo serio porque él andaba con otras. Pero hubo lindos momentos, salíamos a tomar algo, a comer a Mc, o nos juntábamos a desayunar o a mirar tele. No se bien que era nuestra relación, si es que así se le puede llamar, pero me encantaba.

Mi obsesión por él no era la misma de antes, creo que yo también había cambiado o madurado, pero igual se mantenía visiblemente oculta en mi interior. Por eso algunas veces me enojaba cuando no me llamaba. ¿Porque si los hombres te dicen "te llamo" después no lo hacen? Yo creo que no entienden que vas a estar TODO el día esperando el llamado, podrían ahorrarse decir el "te llamo" y evitarían enojos.
El tema es que un día me enoje, y terminamos hablando en la rambla. Me planteó que me quería, que le gustaba y que le encantaba estar y salir conmigo; pero que él no quería algo serio ni conmigo, ni con nadie y que no quería que yo pasará mal por eso, sino que quería que lo entendiera.

Y ese fue el gran día. Ese día comprendí que mi obsesión por él no tenía sentido. Entre que yo no quería algo serio con él porque sabía que no iba a funcionar, y tampoco quería seguir atrás de él porque no me servía de nada, sólo ganaba lágrimas. Entonces entendí que tenía que sacármelo de la cabeza, y gracias a él y a sus palabras, después de algunos años, logre hacerlo.

Ahora, hace más de un año ya, somos amigos. Nuestra relación es especial, una amiga dice que es un histeriqueo permanente; pero yo no la considero así. Para mí, él es grande, es una persona que me marcó la vida, con la cual compartí muchos momentos; que me banca la cabeza en las buenas y en las malas, que a veces se preocupa por mí mas que mis propias amigas. Es una persona que quiero y que no quiero perder, y que sé que en este momento no me gusta, no quiero que la historia se vuelva a repetir, ni quiero perder más lágrimas por él.
Aparte la amistad que tenemos me gusta más de lo que era nuestra relación antes, hablamos casi todos los días, nos vemos una o dos veces por semana, me regala caramelos, yo se todo de él y él todo de mí, nos reímos juntos de "nuestra historia", nos aconsejamos, nos criticamos y nos peleamos.
Es una relación bastante normalita, donde siempre va a estar la incógnita de si vamos a volver a estar algún día (aunque él siempre dice que nos vamos a casar).

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