los miedos que no dejan creer,
la lenta espera de lo que no llega,
las uñas despintadas, los cajones abiertos, la sed.
La piel cuando no se humedece,
el umbral, los celos, el ser o no ser.
Me paraliza lo que no comprendo,
los que exigen sin devolver,
los que caminan comiéndose al mundo,
la desconfianza, el destrato, exceder.
Los que quieren sin haber querido,
los que buscan sin saber qué,
las mentiras, los fantasmas, la piel.
Me duelen los sueños perdidos,
las veces que no lo intenté,
la niña que habita conmigo,
el abandono, el olvido, las tres.
Las palabras que nunca dijimos,
los golpes, las caídas, el volver.
Me equilibra saberme conmigo,
los ojos que no paran de ver,
la luna que alumbra el camino,
reafirmar, expresar, crecer.
Las ganas de sentirme con vida,
las bizcotelas a la hora del té,
el llanto que también es abrigo,
las risas, el orgasmo, la fe.
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