Obsesión no es amor. Lo aprendiste jaquecas mediante, que terminaban en vómitos de bilis trasnochados. Nunca vas a comprender esa manía de volver sobre lo que no llenó, ese tic tac resonando fuerte de las agujas del reloj. Amar no son golpes, ni protección. No es el afán de buscar en el otro lo que no podes encontrar. Tampoco es histeriquear. Cuando recibiste ese mensaje, tres años después, reafirmó tu pensar: sólo cambian aquellos que se quieren ayudar. Quizás una mañana te despiertes comprendiendo que no todas las barreras se pueden romper.
Amor es amor.
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