Un conocido iba a salir a bailar. Llamó un taxi, y lo tomo después de los tres minutos con cero fichas. A la cuadra de arrancar, una moto chocó contra el taxi. El chico de la moto murió, mi conocido se quedo a declarar y, obviamente, esa noche no bailó.
Reflexionabamos sobre lo que había ocurrido. En como nuestras actitudes terminan, de una forma u otra, influyendo en la vida de personas que tal vez ni conocemos.
Me explico: Si mi conocido no hubiese decidido ir a bailar y no hubiera llamado un taxi, nunca hubiese ocurrido el choque y el chico de la moto seguiría ahora con su vida.
Me llama la atención como en este mundo (o en el universo tal vez), esta todo conectado, de modo que cada acción nuestra repercutirá sobre otros; y a la inversa. Esto me recuerda a una pregunta que me hicieron una vez en filosofía "El hombre y sus acciones, ¿son libres o determinadas?". Yo siempre apoye la idea de que estamos determinados, más allá de que seamos creyentes o no, las circunstancias nos determinan; o como decía recién, las acciones de los demás nos determinan. El mundo tan exacto y perfecto, junto con nuestro inconsciente y el tiempo que no puede mirar atrás, nos determinan. Puede que sea un tema complejo, difícil de solucionar, pero nuestra libertad dentro de todas estas determinaciones, es tan pobre y tan poca, que podría decirse que no existe.
Ay! El "destino" che!
No hay comentarios:
Publicar un comentario